La noticia de que los Cardenales y Bruce Arians han agregado a Jen Welter como entrenadora interina para el campamento y la pretemporada ha creado, como es de esperarse, gran revuelo a nivel nacional. La contratación de la primera entrenadora mujer en la NFL se espera que genere eso. La reacción ha sido favorable. Sin embargo, Arians no la contrato para llamar la atención.
Arians se preocupa por la idea de abrir una puerta o derribar una barrera. Lo dijo él mismo. Sin embargo, no tenía que haberlo hecho. Señaló el pasado mes de Marzo que los jugadores aceptarían a cualquier persona que fuera capaz de ayudarlos a mejorar su rendimiento, entre ellas una mujer. Tuvo una reacción en aquel entonces, pero ahí quedó todo. En aquel momento, Arians no tenía a nadie en mente (aunque conocía sobre el trabajo de Dot Murphy alguna vez entrenadora de receptores en el Colegio Comunitario Hinds en Mississippi.) Incluso cuando escuchó de Devin Wyman entrenador del Texas Revolution la sugerencia de probar a Welter, Arians no tuvo que hacer nada, solo invitarla a una visita durante una de las actividades organizadas por el equipo.
Sin embargo, Arians cree en ambas posibilidades, la de que se abran puertas para las mujeres y en la de Welter como entrenadora. Arians no encuentra productivo traer a una persona que no él no piense pueda entrenar. ¿Cuál sería el punto de eso? ¿Publicidad? No es como si Arians y los Cardenales no tuvieran ya mucho de eso. Cuando Arians dice que sus jugadores se encuentran a bordo, eso también es creíble.
Arians recalcó que habrá otros seis entrenadores interinos. Welter no es la única. Ella trabajará con los apoyadores internos empleando su maestría en psicología del deporte y sus 14 años de experiencia profesional con el deporte del futbol americano. Sea lo que sea en lo que todo esto resulte por encima de eso será un plus para Arians y los Cardenales — aunque sin duda trascenderá mucho más allá.