Tomamos un descanso sobre toda esa charla de los balones desinflados — y hay mucho sobre eso — para hacer referencia al hecho de que los Cardenales aún no tienen un coordinador defensivo.
(A pesar de que aparentemente no figurar como algo que tengan en cuenta algunos.)
No coordinador defensivo en sí, no es motivo de pánico. Bruce Arians está en el Senior Bowl. Según se informa, aún no ha tenido oportunidad de hablar de lleno con Dick LeBeau acerca de unirse al cuerpo técnico de los Cardenales. Pero Gerry Dulac, por largo tiempo reportero de cabecera de los Acereros y quien conoce bien a LeBeau, lanzó en Twitter (y más tarde en una entrevista en Arizona Sports 98.7 FM) un poco de agua fría sobre el informe de que LeBeau estaría con los Cardenales como entrenador de apoyadores.
Dulac ha ido más allá, diciendo que duda que LeBeau quiera mudarse tan lejos de su familia que reside en Ohio. Esa ha sido la vibra que se ha generado en Pittsburgh desde el día en que surgió el rumor LeBeau-va-a-Cardenales. Una cosa que se desconoce — ya habíamos escuchado que LeBeau tiene familia en Ohio, pero no sabemos si es su esposa quien vive allí. Eso si podría ser relevante, lo mismo si se tratara por ejemplo, de sus hijos o sus nietos.
Cuando tendrá lugar esto, esa es una buena pregunta. Eso se ha estado contemplando por mucho tiempo (incluso antes de que LeBeau y los Acereros se separaran) si Todd Bowles se marchaba, Arians s elegiría al nuevo coordinador defensivo de entre el personal existente. ¿Conseguir los servicios de LeBeau significa que Arians lo nombrará coordinado defensivo? Como ya se ha mencionado, aparte de LeBeau — quien aparentemente también está atrayendo el interés de Ken Whisenhunt en Tennessee (donde los Titanes ya tienen a Ray Horton como coordinado defensivo) — se han generado informes que los Cardenales también quieren hablar con Mike Nolan. Las oficinas de los entrenadores en Tempe, mientras tanto, permanecen tranquilas y a obscuras. Existe también la posibilidad de que toda esta situación podría permanecer en silencio hasta después del Super Bowl.