Cardenales juegan bien, estadísticamente, a la defensiva. Son segundos en defensa total, y empatados en tercer lugar defendiendo contra la anotación. Aunque recientemente, los robos de balón han brillado por su ausencia.
En sus últimos tres partidos, la defensa de Cardenales ha generado solo un robo de balón — en Carolina un balón suelto recuperado, jugada que fue devaluada por una intercepción de Carson Palmer inmediatamente después. (Cardenales recuperaron un balón suelto contra 49ers, pero fue en equipos especiales.) Cardenales no han conseguido ninguna intercepción desde el partido contra Jets cuando interceptaron dos veces al mariscal Ryan Fitzpatrick en el "Monday Night Football."
Es un gran elemento ausente en este momento. Quizás eso tenga algo que ver con el tipo de año en el profundo Todo Estrella Tyrann Mathieu ha tenido — o ha dejado de tener — intentó regresar de su lesión de rodilla y luego estuvo en la banca la semana pasada con su problema de hombro (hay posibilidades de que Mathieu jugué el domingo en Minnesota). A pesar de todo, Cardenales tienen nueve intercepciones en lo que va de la temporada, nada mal dada la manera como se han dado las cosas en el último mes. Sin embargo, en un equipo que ha batallado para anotar puntos de manera consistente, éstas son la clase de jugadas que pueden darle la vuelta a un resultado.
Podría ser un domingo difícil — el mariscal de Vikingos Sam Bradford ha sido cuidadoso con el balón, dejando a su gran defensiva hacer el trabajo pesado. Bradford ha lanzado sólo dos intercepciones esta temporada en 283 intentos mientras que sido capturado en 24 ocasiones. Será inteligente. Cardenales esperan ejercer suficiente presión para generar la falla — y tal vez ese pueda ser el arrancón para Cardenales en ese lado del balón.