A lo largo de los años siempre ha sido un tema popular y especulativo en relación a Larry Fitzgerald, especialmente cuando Cardenales enfrentaron temporadas por debajo de lo óptimo, y tal tema provenía (casi) siempre de la base de aficionados de otros equipos: ¿Fitzgerald podría ser intercambiado a un equipo "contendiente"? ¿Se marcharía Fitzgerald para jugar en Minnesota su ciudad natal? ¿Terminaría con Tom Brady y los Patriots? La respuesta siempre fue no, y nunca sucedería. Siempre se pensó que, si hubo un momento en el que Fitzgerald podría haberse marchado, habría sido antes de su extensión de contrato previo a la temporada 2015, sin embargo, una vez que el trato se concretó, definitivamente se convirtió en Cardenal de por vida. Sus acciones también lo reafirmaron.
A Fitzgerald, por lo general, no le gusta mucho hablar de absolutos. No es su tema favorito, y las últimas extensiones de contrato que firmó, ni siquiera estuvo dispuesto a celebrar una conferencia de prensa. Nunca ha querido convertirlo en un asunto relevante – aunque fue definitivo durante una entrevista con el periódico St. Paul Pioneer-Press en Minnesota mientras organizaba un campamento para niños.
"Si no juego para Arizona, no jugaré en ningún otro lado," señaló Fitzgerald.
A principios de la temporada baja, Fitzgerald no quería hablar sobre su futuro, argumentando que solo deseaba llegar a su decimoquinta temporada y que no tenía planes a largo plazo. Aunque ha sido fácil ver que, con dos mariscales de calidad ahora en el plantel; Sam Bradford y Josh Rosen, Fitzgerald podría no tener una postura tan año-con-año como probablemente la tuvo en los pasados dos Eneros.
"Si todavía produces y juegas a un alto nivel, de alguna manera con eso determinas cuánto tiempo más quieres jugar," expresó Fitzgerald. "Si puedo mantener un alto nivel, sigo teniendo el destino en mis manos."