El corredor Beanie Wells anotando un touchdown el domingo en medio de la jornada durante la cual estableció su marca de 228 yardas mientras los CArdenales vencían a los Carneros, 23-20.
ST. LOUIS – Para un individuo que acaba de correr 228 yardas e imponer una marca de franquicia el domingo, Beanie Wells se veía muy afligido.
El entrenador en jefe Ken Whisenhunt dijo que estaba "un poco enojado" con su corredor después de que Wells fuera alcanzado tanto en la escapada de 71 yardas como en la de 53 en el Domo Edward Jones, sin poder cerrar las jugadas con un touchdown. "Él se la pasa diciéndome lo rápido es," dijo Whisenhunt en son de broma.
El receptor Larry Fitzgerald le estaba diciendo a todo mundo que le entregaría a Wells su "Premio Paul Pierce" – nombrado así después del paradójico incidente en el que la estrella de la NBA salió de un juego en la finales con una lesión grave en la rodilla, para regresar de manera insólita más adelante al partido – después de que Wells sufrió lo que parecía una lesión en la rodilla, y luego regresó al partido para pegar una carrera de 53 yardas. "¿Cuál lesión?" dijo Fitzgerald.
Todo en son de broma, por supuesto, el tipo de humor que es fácil de compartir después de un triunfo. Los Cardenales ganaron por séptima ocasión consecutiva en San Luis, superando a los Carneros, 23-20, detrás de Wells, de otro buen día para la defensiva y de Patrick Peterson que empató la marca de la NFL con cuatro regresos de patada de despeje para touchdown esta temporada.
"Fue muy complicado," dijo el mariscal John Skelton, y cuando le preguntaron a Fitzgerald acerca ese tipo de victoria "diferente", solo sonrió. "Hemos tenido un par de esas, me refiero a ese tipo de victorias diferentes."
Ofensivamente los Cardenales (4-7) no pudieron pasar el balón nuevamente mientras Skelton batallaba por segunda semana consecutiva. Con Kevin Kolb sin recuperarse del todo – Whisenhunt pensó en usar a Kolb como respaldo, pero decidió que sería muy complicado para Kolb esperar en la banca y luego calentar su pie lesionado lo suficiente como para poder jugar – Skelton estuvo lanzando muy elevados sus pases al principio.
Skelton terminó con 12-de-23 para solo 114 yardas y un par de intercepciones, y a pesar de lanzarle a Fitzgerald en nueve ocasiones este finalizó con solo tres recepciones para 55 yardas.
"Se hace un nudo en el estómago porque uno tiene la jugada (receptor desmarcado) y no consigue hacer la conexión," dijo Whisenhunt. "Pero algunas veces es el resultado de mariscales de campo jóvenes. No puedes perder la paciencia."
Es un proceso más fácil de digerir cuando las otras fases del juego funcionan. Los Carneros (2-9) solo consiguieron 272 yardas totales, con el corredor Steven Jackson ganando solo 64 yardas en 17 acarreos mientras la defensa de los Cardenales solo permitió 13 puntos (el otro touchdown fue producto del regreso de una patada de despeje de 88 yardas por Nick Miller).
"Continuamos luchando hasta el final y fue otra victoria rara," dijo el linebacker Daryl Washington. "Pero mantenemos una actitud positiva."
Y luego tenemos a Peterson, quien dijo estar "muy, muy sorprendido" de que el pateador de despeje de los Carneros Donnie Jones le pateara el balón a él en el tercer cuarto, y casi dejó caer el balón cuando intentó echar un vistazo adicional a la cobertura.
Pero la atrapó con la punta de los dedos y luego se escabulló por 80 yardas – en su mayoría por el centro – para conseguir otra anotación. Peterson es el primer jugador en lograr cuatro anotaciones en regreso de patada de despeje de más de 80 yardas (89, 82, 99, 80).
"Nueve de cada 10 veces, en que haces una gran jugada como la que consiguió equipos especiales, vas a ganar el partido," dijo Peterson.
Eso nulificó la jugada al principio de Miller para los Carneros. La victoria para los Cardenales, sin embargo, no habría llegado sin la aportación de un Beanie saludable. Empatando la cantidad más alta de su carrera con 27 acarreos, Wells superó la marca de la franquicia con el acarreo de 14 yardas en la jugada final del partido, rompiendo el empate con el juego de LeShon Johnson en 1996.
"Realmente no pienso en eso (las marcas,") dijo Wells, refiriéndose al día como "una bendición."
"Tras un comienzo lento en las pasadas dos semanas, yo y la línea ofensiva fuimos retados por el entrenador (Whisenhunt)," dijo Wells. "Queríamos demostrar que somos un buen equipo de futbol y capaces de competir."
Wells dijo que su rodilla derecha "no estaba bien" y que sería revisada – él ya llevaba una rodillera puesta. Eso no le afecto en su día, incluso aunque pareciera que ninguno de los que tomó parte deseaba celebrarlo en grande.
El fullback novato Anthony Sherman, quien regresó a la alineación y jugó bien como bloqueador líder después de combatir una lesión en el tobillo, comentó "Yo solamente hice lo que se supone que debo de hacer." Wells dijo que quería estar seguro de regresar después de la lesión en la rodilla – en el cuarto periodo, mientras los Cardenales intentaban mantener el balón y su ventaja de tres-puntos – porque "Yo sabía que mi equipo me necesitaba."
"Es grato ser parte de algo como esto, porque uno siempre quiere establecer marcas," dijo el guardia Daryn Colledge. "Sin embargo solo establece un estándar de que ciertas cosas serán esperadas durante los partidos. Tenemos que mantenerlo a ese nivel."
Lo más importante, enfatizó Colledge, el día de Wells terminó con una victoria. Eso hace tres de cuatro para los Cardenales, que van de 2-2 en sus cuatros juegos fuera de casa en el trayecto de las pasadas cinco semanas.
"Hoy," dijo Fitzgerald, "fue el día Beanie."
Eso no es ninguna broma.