El profundo Rashad Johnson, un entrenador en el terreno de juego para Cardenales, planea ser entrenador luego que sus días como jugador lleguen a su fin.

El trabajo durante la actividad organizada por el equipo había llegado a su fase de 11 contra 11, sin embargo Rashad Johnson estaba fuera luego de haber sido reemplazado.

El veterano profundo estaba parado en la banda lateral mientras la ofensiva de Cardenales rompía el pelotón previo a la jugada, y se dirigían a la línea de golpeo, Johnson gritó a sus compañeros del equipo defensivo. Les advirtió exactamente sobre la jugada de pase corto que se realizó justamente unos segundos más adelante – se defendió bien, en parte, gracias a la advertencia de Johnson.

Johnson puede estudiar grabaciones en video y anticipar jugadas. Es al hombre que el profundo de segundo año Deone Bucannon consulta primero cuando tiene preguntas. Es un entrenador en el campo, esa ha sido su 

reputación – y su valor – desde que jugaba en Alabama.

"Es algo que me permite ser yo mismo," dijo Johnson. "Me convierte en ese jugador especial que es vital, incluso aunque no sea del tipo de atleta al estilo Patrick Peterson. Vital porque puede ayudar a la defensa como unidad ya que reconoce las jugadas. Puede ayudar a todos a jugar con mayor velocidad."

Esto proporciona una obvia continuidad ininterrumpida para Johnson – que enfrenta su séptima temporada en la NFL – para cuando sea el momento de terminar su carrera como jugador. La posición de entrenador llama.

Ese ha sido el plan de Johnson por largo tiempo. Quiere quedarse en el futbol americano, y está dispuesto a trabajar desde abajo como asistente. Admite que probablemente ni siquiera quiera ser entrenador en jefe, pero si coordinador defensivo. Más importante aún, no es la NFL el nivel que Johnson anhela alcanzar. Es el  nivel de escuela secundaria.

"Estaría perfecto en una escuela secundaria porque realmente tengo el deseo de ayudar a los adolescentes a convertirse en hombres, ayudarles en la transición, ayudarles a entender que se puede utilizar el futbol para desarrollar carácter en la vida," dijo Johnson, aunque reconoció "se puede hacer eso a nivel NFL también. Nunca

dejas de crecer."

Johnson ya realiza algunas actividades como entrenador. Cada verano, lleva a cabo un campamento para niños en Sulligent Alabama, su ciudad natal, transmitiendo conocimientos. Y eso no incluye su trabajo dentro del salón de los defensores profundos y en la banda lateral.

"Ya antes había hablado un poco (sobre entrenar)," dijo su colega el profundo Tony Jefferson. La intensidad que se requiere para estudiar el juego de la NFL es difícil de entender para los no involucrados, dijo Jefferson, y es una ciencia que Johnson ha perfeccionado. Mandando jugadas – como lo hizo Johnson durante aquella actividad organizada – no es un hecho poco frecuente.

Hubo un partido la temporada pasada, durante el cual Jefferson recibió una advertencia de Johnson antes del saque de balón y el pronóstico resultó aceratdo, permitiendo a Jefferson realizar la jugada. Jefferson admitió que le tomó algún tiempo entender que Johnson había sido capaz de predecir lo que venía.

"Luego me dejó saber, '¡Confía en mí amigo, confía en mí!' " Dijo Jefferson. "Hay que confiar en él. He aprendido a hacerlo."

La transición de Todd Bowles a James Bettcher como coordinador defensivo deberá ser fácil con Johnson cerca. Y algún día – Johnson que mantiene la esperanza de eventualmente retirarse como Cardenal – planea ingresar al camino del entrenamiento al que se ha estado dirigiendo todo el tiempo.

"Una vez que mi tiempo haya terminado, realmente siento que la situación perfecta estará ahí esperando por mí," dijo Johnson.