El receptor Larry Fitzgerald se estira para anotar uno de los cinco touchdowns del mariscal de campo Kurt Warner el domingo en la victoria de 41-21 sobre los Osos.
CHICAGO – En la jugada inicial, Larry Fitzgerald dejó caer el balón.
La segunda, una arremetida, entro libremente, forzando otro pase incompleto.
Kurt Warner no se intimido.
Su siguiente pase fue un balazo de 23 yardas al pecho de Steve Breaston, para ganar un primero y diez, desinflando al mismo tiempo a la multitud en el estadio Soldier Field y abriéndose camino para hacer lo que Warner casi siempre hace –después de un mal partido conseguir uno mucho mejor.
Tal vez el no habría predicho cinco pases para anotación, empatando la marca más alta en su carrera que estableció en 1999 cuando jugaba para los Carneros. Habría sido más fácil considerar una victoria, como la que los Cardenales consiguieron frente a los Osos 41-21.
De cualquier manera, fue una rectificación impresionante a las cinco intercepciones que había lanzado una semana antes en la derrota contra Carolina.
"Uno nunca prevé salir y tener un juego como éste pero uno los aprecia," apuntó Warner. "Es especialmente agradable después de lanzar cinco intercepciones la semana anterior y lograr compensarlo con cinco pases para touchdown. Pero eso es parte del juego.
"Es una de esas situaciones en las que he estado un sinnúmero de veces y por las que probablemente tenga que atravesar una vez mas desafortunadamente. Pero gran parte de este negocio es como usted responde y como logra sobreponerse."
Todo giraba en torno a cómo los Cardenales respondieron, pero quizá nadie más tanto como Warner. Las preguntas se dejaron venir como una tormenta de granizo la semana previa a Chicago, no tanto sobre Warner y sus pérdidas de balón sino sobre la inconsistencia de la ofensiva en general.
Había muchos rumores, algo que incluso Warner reconoció. No había suficientes jugadas de pase largo y la suficiente explosividad. Entonces llegó el momento previo al partido, cuando el entrenador en jefe Ken Whisenhunt decidió inactivar al receptor abierto Aquan Boldin para que descansara su tobillo lesionado, cambiando así la dinámica de la ofensiva.
Con todo y eso Warner no parecía afectado. El halaga sus armas y los aclama a todos, ya sea que se trate de Boldin, Fitzgerald o de cualquiera de ellos. Además es creyente del sistema y de sus propios talentos, de tal manera que cuando los Cardenales avanzaron para anotar en cada una de sus primeras cuatro posesiones – primera vez que Cardenales lo consiguen desde 1980 – no sentía como el personal habría importado.
Esa era la ofensiva por la cual todos habíamos estado esperando.
"No cambiamos nada," explicó Whisenhunt. "Simplemente ejecutamos mejor el día de hoy."
El juego por tierra fue espectacular, con el dúo Tim Hightower (15 acarreos para 72 yardas) y Beanie Wells (13 para 77) totalizando una producción de 182 yardas por tierra ese día – la mayor cantidad de yardas por acarreo que los Cardenales consiguen como equipo desde las 211 yardas que lograron contra los Santos en el 2004.
Fitzgerald no lo hizo nada mal después de dejar caer un balón al principio, apabullando a los Osos con 9 pases atrapados y 123 yardas sus números más altos en lo que va de la temporada.
"Realmente no hemos golpeado en todos los cilindros este año," dijo el centro Lyle Sendlein. Todo ha salido bien y eso definitivamente se siente muy bien."
Pero todo regresó de nuevo a Warner, quien supuestamente jamás debió haber lanzado un quinto pase para touchdown. El fue reemplazado en el juego por Matt Leinart, solo para reingresar inmediatamente después de que el juego se puso muy cerrado. Quizá era pertinente considerando que la marca de Warner a lo largo de su carrera es de 9-4 en partidos que inicia viniendo de un juego en el que lanzó al menos tres intercepciones.
¿Puede realmente ser una sorpresa que esa marca ahora sea de 10-4?
"Kurt estuvo fenomenal," señaló Fitzgerald.
"Kurt Warner," expresó el safety Antrel Rolle, "fue esencial."