Si, fue grotesco, y lo que sea que Bruce Arians hizo efectivamente lo vio venir, difícil asegurar que exista una manera de detener esa mentalidad con la que los Cardenales jugaron el domingo contra Halcones Marinos. No parecía en nada al equipo que jugó toda la temporada – incluso ni siquiera como el que perdió contra Carneros y Acereros, a pesar de que estuvieron muy lentos en esos dos partidos también.
Larry Fitzgerald dijo que el juego le recordó al último de la temporada 2009 contra Empacadores, de igual manera un partido en casa en el que los Cardenales fueron vapuleados porque no había nada porque jugar, mientras los Cardenales también se disponían en aquel entonces a ingresar en la postemporada.
Aunque en realidad, también parecía mucho al partido que perdieron los Cardenales en Nueva Inglaterra en el 2008. Por lo menos en 2009 el entrenador Ken Whisenhunt había básicamente dicho que los Cardenales retirarían a sus titulares si no había nada porque jugar. Sin embargo ese viaje a Nueva Inglaterra, fue un desorden simplemente porque los jugadores no estaban listos para jugar, no quería jugar, no quería estar en la nieve. Perdieron 47-7, y se les nombró el peor equipo de postemporada en la historia, y ya sabemos cómo terminó aquello.
No se trata de afirmar que eso es exactamente lo que ocurrió el domingo, porque se cree que el actual equipo es más fuerte mentalmente que el equipo del 2008. Sin embargo los Cardenales no se presentaron ante Halcones Marinos, igual que no lo hicieron contra Patriotas, y eso significa, bueno, no mucho, la verdad.
En caso de que los Cardenales fallen en su primer partido de postemporada, no será porque perdieron contra Halcones Marinos en el juego de la semana 17. Este equipo ha demostrado que es muy bueno, y potencialmente grande. Algunos Halcones Marinos hicieron alarde después del partido, mientras ellos mismos venían de caer en casa contra Carneros.
No es la manera en la que deseas finalizar la campaña. Aunque como dijo Carson Palmer, no hay pánico, y hablar con los veteranos, no es sólo una cara valiente. Este equipo entiende que deben hacerlo mejor. Sin embargo, no están preocupados.
(ACTUALIZACIÓN: Aquí está la información de la postemporada.)
— Hubo un par de momentos sobresalientes. Dwight Freeney consiguió su octava captura. Finalmente un rival de Cardenales falló un intento de gol de campo por primera vez en toda la temporada (algo que es increíble).
— Y se establecieron algunas marcas. Smokey de Brown superó las 1,000 yardas por recepción, terminó la temporada con 1,003 (aunque fue Smokey el blanco de la burla de Richard Sherman que fue penalizada, la misma que dijo Sherman fue una mímica de Brown sentándose en la banca — no una simulación de estarse bajando los pantalones.) Fitzgerald rompió su propia marca del equipo por recepciones en una temporada (terminó con 109). Palmer rompió la marca de la franquicia en yardas por pase en una temporada (4,671).
— Algunas otras impresionantes cifras fueron abatidas – diferencial de puntos, clasificación defensiva – sin embargo eso a nadie le importa si los Cardenales ganan un Súper Bowl. Al final, a nadie le importará realmente si no lo ganan.
— Para equipos especiales las cosas salieron mal, ya sea que se tratara de cobertura en regreso de despejes de Tyler Lockett o el quinto punto extra fallado por Chandler Catanzaro. Catanzaro falló un gol de campo también.
— Después de todo eso, los Cardenales parece que resultaron libres de lesiones. El centro Lyle Sendlein salió cojeando al final – Bruce Arians dijo que era una contusión ósea de algún tipo – por su parte Palmer está bien, lo mismo que los jugadores principales. Además hay dos semanas para prepararse.
— Es todo por ahora. Hay dos semanas para hablar sobre el próximo partido. Y no mucho que decir sobre este.