El entrenador de los Jefes Todd Haley (izq.), en aquel entonces coordinador ofensivo de los Cardenales, felicita al receptor Larry Fitzgerald después de la atrapada-y-corrida de 64 yardas en el Súper Tazón XLIII.
La huella más perdurable de Todd Haley en su paso por los Cardenales de Arizona podría ser su gritería constante en el campo de práctica, o la desacreditada batalla verbal que sostuvo con Anquan Boldin al final del juego por el Campeonato de la NFC, o la estrecha relación que entabló con el mariscal de campo Kurt Warner.
Pero a largo-plazo, probablemente sea la frase "Solamente sirve por eso."
Que fue como él se refirió a Larry Fitzgerlad, quien ya había sido elegido al juego de Estrellas (y luego a un segundo durante la segunda temporada de Ken Whisenhunt/Haley). El juego de Fitzgerald era atrapar y dejarse caer, en la opinión de Haley. Haley quería que rompiera tackleadas, que ganara yardas después de atrapar, que se convirtiera en la amenaza en campo abierto que todavía no era.
Fitzgerald habría podido decirle vete al diablo. En lugar de eso "Lo tomé de corazón."
"Pienso que Todd es un gran entrenador," dijo Fitzgerlad el miércoles, unos días antes de que los Cardenales y los Jefes de Haley – de los cuales Haley es ahora el entrenador en jefe – jueguen en Kansas City. Es divertido jugar para él. Todos dicen que es necio y terco y que es esto y aquello, pero al final del día cuando Todd entra en los vestidores te da un gran abrazo.
"El realmente quería lo mejor para nosotros. Se preparó mucho y nos estimulaba. Recuerdo después del juego de Campeonato de la NFC él se conmovió hasta las lágrimas. Esos momentos son los que yo recuerdo."
La imagen de Haley parece que finalmente encontró su lugar preciso como entrenador en jefe. Haley fue contratado por los Jefes después del asombroso viaje al Súper Tazón de los Cardenales después de la temporada del 2008. Haley entonces pasó el 2009 aprendiendo en una temporada de 4-12.
Sin embargo, los Jefes continuaron mejorando, e iniciaron esta temporada 5-2 luego de dos recientes derrotas consecutivas previas al partido contra los Cardenales.
"Para tener éxito en estas situaciones, debes tener un plan y debes apegarte a el y debes estar listo para superar muchas pruebas y criticas," dijo Haley. "Uno está intentando lograr que 60 hombres maduros cambien su manera y el cambio es difícil.
"Esa es la parte difícil, tratar de hacer que los jugadores, un grupo de hombres, crea que lo que tu estás diciendo es la manera correcta, aunque será incomodo, será arduo, y habrá que sacrificarse, y cuando no estés ganando juegos mantenerte con ese plan y mantenerte dejándoles saber que eso va a resultar de la manera correcta."
Eso suena muy parecido a lo que le pasó a Haley en Arizona, cuando Whisenhunt fue contratado como entrenador en jefe y se trajo a su viejo amigo como coordinador ofensivo.
Whisenhunt y Haley se conocen desde el 2000, cuando ambos fueron parte del cuerpo de entrenadores de Bill Parcell con los Jets de Nueva York. En ese entonces, compartían una diminuta oficina, se enfrentaban en la cancha de básquet, y mientras que no hablaron acerca de convertirse cada uno por su lado en entrenadores en jefe, Haley dijo que hablaron sobre ayudarse el uno al otro durante el camino si era necesario.
Así pues Whisenhunt trajo a Haley a bordo en el 2007, para lo que fueron dos años del mejor futbol de los Cardenales en mucho tiempo. Los dos se dieron de topes en ocasiones, pero Whisenhunt dijo que eso era de esperarse.
"Tiene una opinión definitiva sobre cómo él cree que se deben hacer las cosas," dijo Whisenhunt. "Fue muy bueno trabajar con él. Es como tener un hermano o hermana con la que peleas. Muchas cosas buenas resultaron de eso. Cuando tienes a alguien así y pasas mucho tiempo con él, los dos mejoran."
Tanto Whisenhunt como Haley subrayaron que este juego no significa para ellos más que lo que importan otros, aunque sea difícil creerlo dada su historia y rivalidad.
Haley ciertamente no ha cambiado. El mariscal de los Jefes Matt Cassel reconoció que fue difícil la principio acostumbrarse a la recia personalidad de Haley, hasta que los jugadores finalmente entendieron que esa era la manera de Haley para motivarlos a ser mejores.
Eso es lo que hizo en Arizona.
"Algunos jugadores no lo aprobaban, a otros les caía muy bien, pero uno sabía lo que iba a conseguir," dijo el corredor Tim Hightower. "Él siempre iba a ser lo que iba a ser.
"El el campo, iba a ser disciplinado, iba a gritar, ahí siempre había un ambiente de exigencia. Podías odiarlo todo lo que quisieras, pero creo que la mayoría de los jugadores lo respetaron. Tuvo que haber cierto nivel de respeto para un individuo que siempre era la misma persona, en los buenos momentos y en los malos momentos."
Es por eso que Haley afrontó a un receptor Todo Estrella con los Cardenales y, básicamente, lo insultó. De una buena manera.
"Nunca seré descrito como un entrenador a los jugadores no lo creo," dijo Haley. "Llegué y lo deje ver muy claramente no se trata de que yo te agrade. Se trata de lo que se logrará al final, voy a tratar de conseguir lo que más pueda de ti."
Trabajó mientras que Haley estuvo en Arizona – los Cardenales consiguieron ir a un Súper Tazón cuando el fue parte del equipo. Además proporcionó enseñanzas que se mantienen adheridas a Fitzgerald hasta la fecha.
"Lo echamos de menos." Dijo Fitzgerald. "Fue un gran entrenador, pero más que todo, fue un amigo. Cuando pierdes gente como esa, definitivamente se nota la diferencia. Estoy contento por que consiguió un puesto como entrenador en jefe pero tenemos que poner todo eso a un lado este fin de semana."
