¡Saludos a la gran familia! feliz inicio de semana, deseo que esta sea muy productiva y que todo marche de acuerdos a los planes. Afortunadamente la materia prima para construir son los retos y los Cardenales de Arizona al momento atraviesan por momentos turbulentos. Aquí el equipo solo tiene una opción provechosa, aprender de lo sucedido para corregir.
La derrota 41-10 frente a los Cargadores en San Diego deja mucho que desear pero al mismo tiempo es un estupendo lente de aumento para identificar detalles específicos en donde se bebe trabajar. El equipo tendrá mucha "tela de donde cortara" luego de analizar la película del juego.
En el equipo hay talento y disposición, dos factores que son preponderantes, además existe un cuerpo de entrenadores capacitados para sacar adelante la temporada. Sin embargo es evidente que hay otros factores que considerar cuando se trata de ganar partidos incluyendo el hecho de que cada unidad engrane con la otra para conseguir armar un equipo protagonista. Es fácil señalar a unos cuantos jugadores como responsables del desastre en San Diego, pero eso no ayudará al equipo a salir del bache. La falla fue de carácter colectivo y a ese mismo nivel sería muy saludable trabajar en las correcciones.
En la semana cinco los Cardenales de Ken Whisenhunt – quien se mostró sumamente descontento luego de la actuación del equipo en San Diego – recibirán en casa a los Santos de Nueva Orleans. Una vez más el equipo tiene frente a si una buena oportunidad para tratar de enderezar la nave. a) Santos tiene cuentas pendientes con Cardenales. b) Arizona tiene la gran ventaja de jugar en casa y c) a los Cardenales les urge un buen juego contra un rival de renombre para reconstruir su confianza en ellos mismos como equipo.
Al final del día, es más factible reconstruir luego que la unidad se a desmoronado que estando está de pie. Claro también existe la otra opción, "esto ya se amoló, el asunto no tiene remedio." Creo que los Cardenales y sus miembros prefieren adoptar la primera.