El entrenador en jefe Ken Whisenhunt y el mariscal de campo Kurt Warner planean la estrategia durante la segunda mitad del triunfo sobre San Louis 21-31 el domingo.
ST. LOUIS – Kurt Warner dijo que se encontraba bien.
"Uno desea ayudar a su equipo a ganar, pero a la vez no quieres hacer nada torpe que pueda complicarte el resto de la temporada," indicó el mariscal de campo de los Cardenales, después de que lo enviaran a la banca en la segunda mitad de la victoria del domingo 21-13 ante los Carneros luego de presentar síntomas parecidos a los de una conmoción-cerebral.
El entrenador Ken Whisenhunt dijo que no había razón para arriesgar la salud de Warner.
"Pecamos de precavidos," expresó Whisenhunt.
Y con esas palabras, había como un suspiro de alivio en la nación Cardenal.
La lesión en la cabeza de Warner, y la subsecuente mitad jugada por el respaldo Matt Leinart, sirvieron como un vivo recordatorio de lo que sucede cuando un buen equipo pierde a su mariscal de campo titular. Ésta situación no es únicamente para los Cardenales, quienes posiblemente estén aun en mejor condición que la mayorías sí un cambio es necesario. Lo que significa que, usted tendría a ¿Leinart o Jim Sorgi? ¿Leinart o Mark Brunell?
Leinart, con todos los juegos en su currículo, continúa siendo un resultado desconocido. Warner es todo lo contrario.
Se escucharon exclamaciones de "¿Por qué?" cuando Leinart ingresó en el juego en Chicago y lanzó una intercepción. Pero los Cardenales necesitan verlo reaccionar en situaciones de juegos reales, por que el campo de paratácticas sencillamente no es suficiente. Necesitan saber que sí Warner llegara a sufrir una lesión seria, Leinart puede entrar al rescate. Más importante, necesitan estar enterados que cuando Warner se retire, Leinart pueda efectuar el trabajo.
Incluso Leinart dijo después del juego del domingo que se sentía muy bien estar en un juego tan cerrado, donde comerse el reloj es realmente importante.
"Honestamente, no he jugado en un partido significativo en 2 años y 1/2," dijo Leinart.
Sus números no fueron nada malos (10-de-14 para 74 yardas). Whisenhunt dijo que si el ala cerrada Anthony Bech no hubiera perdido el balón suelto después de la atrapada en segunda oportunidad y sí los Cardenales hubieran concretado el pase en tercera-y-1 –el corredor Beanie Wells aparentemente no volteó lo suficientemente rápido para ver donde venia el balón – no tendría la menor duda que Leinart hubiera piloteado a los Cardenales para conseguir puntos.
Leinart además tenía dificultades en el pase de tercera-oportunidad a Eraly Doucet que le valió una primera-oportunidad en la recta final del juego.
La realidad sin embargo es que los Cardenales descollaban a los Carneros por 21 puntos mientras que Warner estaba jugando y fueron limitados a 117 yardas en el segundo periodo mientras el no estuvo.
"No quiero depositar todo sobre Kurt o Matt o el mariscal de campo," dijo el corredor Tim Hightower. "Es el equipo. En la primera mitad, los muchachos se mostraban intensos para conseguir la jugada. La segunda mitad, tuvimos que encontrar la manera para continuar haciendo jugadas."
La realidad la mostró el entrenador de los Carneros Steve Spagnuolo, quien dijo que su decisión de patear un gol de campo estando abajo en el marcador 21-31 al final del tercer cuarto fue en parte porque los Cardenales no tenían a Warner –y en adición, tenían problemas moviendo el balón.
Entonces ahí está el safety de los Cardenales Antrel Rolle, quien observó mientras los Cardenales se "ajustaban" a Leinart, "cuando tu mariscal de campo titular sale, es un punto más de énfasis para que la defensa salga al campo y consiga un tres-y-fuera."
Todo esto puede tener menos que ver con Leinart y más con los increíbles estándares que Warner le ha brindado al juego.
Nadie habría podido predecir que Warner se convertiría en una especie de hombre de acero. El juego del domingo fue el partido número 41 que Warner inicia de manera consecutiva incluyendo postemporada. El hablar de su fragilidad es cosa del pasado.
Hay algo de ironía que se haya lesionado en San Louis, donde los medios de comunicación recordaron los achaques que eventualmente le costaron a Warner su trabajo con los Carneros. Cuando una pregunta en la rueda de prensa trajo a colación la idea que las conmociones cerebrales al inicio de la carrera de Warner pudieron haber hecho una diferencia, Warner inmediatamente respondió un poco menos que exaltado con un "Calma. Calma." Warner enfatizó que había tenido solamente de un par de conmociones cerebrales de "menor" importancia y nada desde el 2003.
"No estamos en estado de pánico," dijo Warner. "No tomamos ninguna riesgo adicional (el domingo). No recibimos ningún golpe adicional."
La decisión de mandarme a la banca durante el juego se concibió "con la idea de que yo estaría 100 por ciento bien y jugar la próxima semana," señaló Warner.
Los Cardenales lo necesitan, por supuesto. La ofensiva ha estado haciendo mucho ruido recientemente con Warner en los controles. Además los Cardenales están por ingresar en lo que se podría afirmar es la secuencia de los dos juegos más difíciles que restan en el calendario –un viaje al repentinamente imponente Tennessee y luego los arrolladores Vikingos en casa.
Todavía cualquier esperanza de asegurar una primera semana de descanso en la postemporada significa seguir ganando. Seguir ganando, una hazaña difícil en el mejor de los casos, significa que Warner necesita estar al timón. Él es, después de todo, el titular.
"Pienso que voy a estar muy bien," dijo Warner.
Si él lo está, también lo están los Cardenales.