El centro largo Mike Leach y Nate, quien recibió recientemente un trasplante de medula ósea, compartiendo un momento el martes.
Cole tenía solo 5 o 6 años en ese entonces, un niño que recibió un golpe de rutina en su brazo jugando futbol el cual se hinchó más tarde.
En Denver, donde vivía, Cole fue llevado al hospital y los doctores descubrieron que los problemas en su brazo, incluyendo el sangrado posterior, eran resultado de un temor canceroso. Durante su estancia en el hospital, conoció a varios jugadores de los Broncos de Denver durante una vista. Fue entonces cuando conoció a Mike Leach, y fue cuando Leach – actualmente, centro largo de los Cardenales – se dio cuenta que podría hacer la diferencia no solo en la vida de Cole sino en la de muchos niños al realizar estas visitas.
No es algo nuevo que los atletas profesionales pasen tiempo realizando trabajo comunitario. Todos los equipos organizan eventos en los que los jugadores pueden participar. Pero este martes fue diferente para Leach y su esposa Julie, alguna vez jugadora de baloncesto en la Universidad William & Mary. Ellos fueron por su propia cuenta, a uno de sus recorridos mensuales al hospital para niños Phoenix Children, llevando consigo algunos anuarios del equipo y tarjetas de futbol con la foto de Leach y fabricadas por el mismo para autografiarlas.
Es difícil estar un tanto más bajo en el radar que un centro largo, y Leach varias veces bromea comentando acerca de que nadie realmente sabe quien es él. Pero viste una camiseta de los
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Cardenales, y eso por lo general es suficiente. Ciertamente, Leach no está buscando ser el centro de atención, admitiendo que se siente un poquito incomodo, con el hecho incluso de que su visita llame la atención.
"Simplemente lo hacemos por que nos sentimos bien haciéndolo," dijo Leach. "No es para que nuestros nombres aparezcan en el periódico o ese tipo de cosas. Obtenemos más de lo que ellos (los pacientes) adquieren, estoy seguro."
Muchos miembros del personal conocen a los Leach por que ha estado ahí muchas veces. No son los únicos. El ex receptor Jerheme Urban y su esposa realizaban frecuentes visitas al hospital cuando jugaba para los Cardenales. Los deportes hacen más fácil la conexión con los niños, ya sea que se trate del espigado Paul quien tranquilamente le platicó a la pareja que es un jugador de basquetbol o Nate el peloncito, con tapa-boca, quien choca su manita con Leach mientras el piso donde estuvo alojado celebra su partida a casa después de un trasplante de medula ósea.
El futuro de Leach, al menos profesionalmente, esta en el limbo. Está programado para ser agente libre la próxima semana, y mientras tiene la esperanza de regresar, nada está garantizado. Ha estado perfecto en sus saques largos desde que llegó a Arizona, algo que también, tiende a mantener a alguien en su posición fuera de los encabezados.
Lo cual está bien, de acuerdo a como lo ve Leach.
Después que los Leach llegaron a Arizona por medio de la agencia libre antes de la temporada del 2009 – después de siete de sus nueve temporadas previas en la NFL con Denver – él y Julie querían encontrar la manera de continuar visitando niños hospitalizados. Los Cardenales, dijo Julie, hicieron que eso posible.
Entretanto, ellos se mantienen en contacto con Cole lo más que pueden. Con el pasar de los años, los Leach empezaron a formar su propia familia (sus hijos tienen 6 y 4 años) pero aun así mantienen contacto con Cole que ahora tiene 13 años, quien a superado su temor óseo y es un adolecente feliz.
Leach comentó que a Cole le gusta decir que el futbol le salvó su vida. La interacción también le ha proporcionado a los Leach una ventana para hacer un poco más.
"Si una persona en mi posición puede hacer a un pequeño feliz por un par de minutos, quiero decir, ellos no saben quien soy, pero conocen mi camiseta," dijo Mike Leach. "Algunas veces los padres si lo saben, y si ellos pueden ser distraídos por un par de minutos mientras atraviesan un momento difícil, eso es suficiente."