El corredor Beanie Wells anota un touchdown en la primera posesión ofensiva de los Cardenales en la temporada 2011 -- sin embargo las anotaciones se tornaron poco frecuentes un poco más adelante.
El centro Lyle Sendlein con frecuencia escuchó a su compañero Daryn Colledge esta temporada hablando sobre sus experiencias como guardia en Green Bay, ya que Colledge jugó durante la transición Brett Favre/Aaron Rodgers.
La ofensiva de los Empacadores tropezaba en ocasiones. Las capturas eran muy frecuentes. Sin embargo, justamente cuando los Empacadores visitaron el Estadio University of Phoenix para el partido de postemporada después de la temporada del 2009, "venían funcionando a toda maquina," dijo Sendlein.
"Así es como esperamos estar el próximo año," añadió Sendlein.
Si es o no justo esperar que un equipo que sigue buscando respuesta de su mariscal de campo logre convertirse en algo cercano a donde se encontraban los Empacadores en el 2010 podría ser una exageración. Sin embargo, mejorar es crucial, para un equipo que se siente bien por haber ganado siete de sus últimos nueve a pesar de constantes apuros durante toda la temporada para convertirse en una ofensiva en la cual confiar.
"Sabemos como ofensiva," dijo el mariscal de campo John Skelton, "que debemos mejorar."
Iniciaron bien, lo que en su momento parecía un buen augurio. La primera trayectoria de los Cardenales en la temporada fue para anotar un touchdown, iniciaron en la su propia yarda 46 y terminaron con un acarreo de siete yardas de Beanie Wells para la anotación. La siguiente semana, una intercepción en el primer periodo preparó otra trayectoria corta (37 yardas) para otro touchdown tempranero.
No obstante, los Cardenales no anotaron un touchdown en el primer periodo después de eso hasta el último partido de la temporada contra Seattle, demasiado tiempo de sequía. Los Cardenales solo anotaron 36 puntos durante los primeros periodos a lo largo de toda la temporada, colocándolos constantemente en un bache.
La otra cara, por supuesto, fueron los cierres fuertes, especialmente una vez que la defensiva se transformó en una de poder. En el cuarto periodo y en tiempo extra, los Cardenales superaron a los oponentes por 54 puntos. Las grandes jugadas surgieron – 22 en total durante la temporada de más de 40 yardas – y los Cardenales estaban ganando 4.2 yardas por acarreo, pero no duró lo suficiente. Durante la poderosa racha de 7-2 con la que los Cardenales cerraron la temporada, la mayor cantidad de puntos que anotaron fue de 23.
La calificación de pasador para Skelton en el primer periodo fue de 30.8. La de Kevin Kolb 76.8, nada espectacular pero indica un arranque un poco mejor. La escasez de Skelton se coinvertía frecuentemente en un banquete perecía como si los Cardenales de hecho cambiaban de mariscal durante el partido, dada la tendencia de venir de atrás aparentemente cada vez que el reloj de juego indicaba el inicio del periodo final.
"No jugamos con la consistencia suficiente ofensivamente," dijo Whisenhunt. "Si solo nos ve como un equipo ofensivo de cuarto periodo o tiempo extra, dirá, 'Vaya, ustedes no tienen nada de que preocuparse. Tienen una muy buena escuadra.' Pero ese no fue el caso en el primero y el segundo cuarto en muchos de estos partidos."
El receptor abierto Larry Fitzgerald se refirió al "flujo y reflujo" de la ofensiva, a pesar de que los Cardenales serían un poco más como el flujo (Fitzgerald también podría serlo, aunque es interesante notar que, considerando que Kolb y Skelton jugaron prácticamente ocho partidos cada uno, las estadísticas de Fitzgerald con cada uno de ellos fueron aproximadamente las mismas – con Kolb 38-658-2 y con Skelton 41-730-5).
Sendlein ve la necesidad de mejoras básicas: Proteger mejor al mariscal de campo, ganar más primeras oportunidades, y mientras que los puntos son importantes, Sendlein quiere menos tres-y-fuera simplemente para poner a la ofensiva en mejor posición. Los Cardenales terminaron número 29 en conversiones en tercera oportunidad.
"Ahí es donde fallamos mucho este año," dijo Sendlein
Los Cardenales tienen al menos un cambio en el cuerpo de entrenadores ofensivos, luego que el entrenador de mariscales de campo Chris Miller fuera puesto en libertad esta semana, y más cambios deberán estar en el almacén si los Cardenales en efecto quieren traer de regreso al ex coordinador ofensivo Todd Haley.
Una temporada baja de trabajo, sin embargo, pude ser suficiente por si misma para establecer ya sea a Kolb o a Skelton y encaminarse para que una unidad firme como en la que Colledge jugó en Green Bay empiece a surgir.
"Tengo una gran confianza con algunas de las piezas que (ya) tenemos establecidas," dijo Whisenhunt, "vamos a ser una mucho mejor ofensiva el próximo año."