El corredor LaRod Stephens-Howling asegurando el balón en su atrapada clave en situación de cuarta oportunidad durante la victoria de los Cardenales 21-17 sobre las Águilas en Filadelfia.
PHILADELPHIA – Tal vez John Skelton no podría ser definido mejor.
"Es una pared," dijo el centro Lyle Sendlein, mientras dibuja una simulada sonrisa en su rostro.
¿De qué otra manera se podría explicar lo de domingo, cuando Skelton – en su primer inicio fuera de casa este año y el tercero en lo que va de su carrera, víctima de un par de intercepciones que le podrían haber costado todo a los Cardenales – juega la última trayectoria como un mariscal de campo que no ha cometido ninguna falla en todo el partido?
Los Cardenales asombraron a la afición del Estadio Lincoln Financial (o tal vez no, dada la tendencia de su equipo de desaprovechar ventajas) al derrocar a las Águilas, 27-17, oficialmente cuando Skelton encontró a Early Doucet en un pase-pantalla de 5 yardas para touchdown con menos de dos minutos por jugarse.
Pero fue la manera como Skelton maniobró a su equipo por 87 yardas para la anotación, con el pase flotado de 30 yardas al corredor LaRod Stephens Howling en una ruta "wheel" para mantener viva la trayectoria. O el bombazo de 37-yardas a Larry Fitzgerald a la yarda 1 en territorio de Filadelfia. O el pase a Doucet.
Todo inmediatamente después de una intercepción que les permitió a las Águilas tomar la delantera. Esto debió haberlo hecho más difícil. Para Skelton, no lo fue.
"Es solo memoria corta," dijo Skelton. "Cuando tocas fondo, tienes que sacarlo rápido de tu mente."
Los Cardenales (3-6) ganaron por segundo partido consecutivo y cortaron una racha de 11 derrotas como visitantes. Ganaron en la Costa Este, algo que siempre es problemático. Remataron bien por segunda semana consecutiva, y propinaron a las Águilas (3-6) su quinta derrota de la temporada, luego de que Filadelfia mantenía la ventaja en el cuarto periodo.
Los aficionados de las Águilas se comportaron como si supieran lo que se avecinaba, y los Cardenales querían creer que ellos también lo sabían.
"Expulsamos muchos maleficios el día de hoy," dijo el entrenador en jefe Ken Whisenhunt.
Cuando le preguntaron a Whisenhunt si Skelton – que completó 21-de-40 para 315 yardas, tres touchdowns y dos intercepciones – había realizado una labor para el puesto de titular sobre el lesionado Kevin Kolb. Whisenhunt, quien no quiso hacer comentarios sobre tal idea la semana pasada, dijo que tenía que ver el video.
Pero habría que esperar por el momento, añadió Whisenhunt. "Quiero disfrutar por ahora (la victoria)," añadió.
Teniendo en cuenta la temporada de los Cardenales, esto es algo para saborearse. Defensivamente, los Cardenales estuvieron fantásticos, concediendo solamente 289 yardas a la ofensiva de alto-poder de Filadelfia, quienes estuvieron sin su gran receptor abierto DeSean Jackson después que este faltó a una junta del equipo el sábado y fue desactivado.
Las Águilas corrieron bien el balón estadísticamente, con el corredor LeSean McCoy que consiguió 81 yardas y el mariscal de campo Michael Vick que agregó 79 en solo 22 intentos combinados. Pero Vick nada más se conectó en 16 ocasiones de 34 intentos para 128 yardas, lanzó 2 intercepciones y nunca consiguió acomodarse.
"El entrenador (Ray) Horton lo llamó un buen juego," dijo el ala defensivo Calais Campbell, quien logró la primera intercepción de su carrera, saltando y atrapando el balón en la línea de golpeo. "Fue muy difícil (para las Águilas) entrar en ritmo."
Por eso, cuando Skelton lanzó su segunda intercepción del partido (la primera fue regresada 20 yardas por Asante Samuel para touchdown), la defensa tuvo la suficiente confianza para mantener a las Águilas sin un primero y diez.
Skelton hizo un "terrible lanzamiento" y fue interceptado por Nnamdi Asomuga y las Águilas tenían el balón en la yarda 26 de Arizona, pero todo lo que consiguieron fue un gol de campo para tomar una ventaja de 17-14 con poco más de cinco minutos por jugarse.
Suficiente tiempo para Skelton.
"Definitivamente había una sensación de oportunidades desperdiciadas" al inicio del partido, dijo Whisenhunt, no menos importantes que los dos goles de campo que falló Jay Feely de 35 y 43 yardas. "Pero los jugadores no se desanimaron."
El avance ofensivo no se inició con la crucial decisión de ir en cuarta-y-2 sino con la jugada anterior, cuando los Cardenales enfrentaban tercera-y-19 y Skelton, bajo presión, lanzó un pase cortito al corredor Chester Taylor. Taylor logró recorrer 17 yardas, de otra manera no se habría una situación de ir por ella en cuarta oportunidad.
"Pensé que lo había conseguido (el primero y diez)," dijo Taylor. "Nosotros simplemente seguimos peleando."
Luego vino la jugada de Stephen-Howling, quien esperaba que la jugada se convirtiera en touchdown. "Tienes que hacer la jugada," dijo Stephen-Howling. "Solo esperaba que eso sucediera."
Y finalmente se dio, preparó el escenario para Fitzgerald. Con dos touchdowns Fitzgerald rompió la marca de la franquicia con las anotaciones número 69 y 70 en su carrera. Terminó el partido con siete recepciones para 146 yardas, pero la mejor fue la final, ajustándose a un balón del cual no tenía la más mínima idea de donde estaba cuando salió de las manos de Skelton.
"John me lanza ese pase todos los días después del entrenamiento," dijo Fitzgerald. "Me habría encantado mantenerme en pie y entrar en la zona de anotación."
Los Cardenales podrían haber retado la marcación de los árbitros – parece que Fitzgerald se deslizó dentro de la zona de anotación antes de ser tocado – pero Whisenhunt dijo que no fue lo suficientemente claro como para reclamar.