El tackle defensivo de los Cardenales David Carter conversa con una residente desplazada del incendio en las colinas de Yarnell durante la visita a Prescott el martes.
PRESCOTT – Fue un buen día para Dianna Stitt.
Alrededor de media mañana el martes, la residente de Yarnell se enteró que era una de las pocas personas afortunadas dentro del refugio de la Cruz Roja en el Colegio Yavapai en Prescott. Su casa se había librado del fuego en las colinas de Yarnell.
Un par de horas más tarde, Stitt no pudo evitar sonreír cuando el liniero defensivo de los Cardenales David Carter, parte de un contingente del equipo que visitó a algunas personas afectada por el fuego, entró al gimnasio que es ahora su hogar temporal. Carter pasó cerca de dos horas charlando con familias desplazadas, tomándose fotos, firmando autógrafos y simplemente levantando el ánimo de un pueblo en luto, no sólo por sus hogares, pero por los 19 bomberos que murieron el domingo.
"Eso brinda a mucha gente más esperanza," dijo Stitt. "Logramos sonreír. La pasamos mucho mejor hoy."
La visita de Carter tuvo lugar un par de horas después que el presidente de los Cardenales Michael Bidwill donara $100,000 dólares para el Club 100 de Arizona, que proporciona ayuda financiera inmediata a las familias de los oficiales de seguridad pública y bomberos seriamente heridos o que han fallecido cumpliendo con su deber – incluyendo aquellos que perecieron en el los incendios en las colinas de Yarnell.
"Nuestros corazones están con todos los afectados por los devastadores y trágicos acontecimientos de esta semana, especialmente con las familias de los 19 valientes miembros del cuerpo de Bomberos de Granite Mountain Hotshots que perdieron sus vidas sirviendo a nuestra comunidad," dijo Bidwill en un comunicado difundido por el equipo. "Nuestro equipo desea contribuir con los esfuerzos que se están llevando a cabo en este momento y animar a nuestros aficionados, a la comunidad y las empresas de Arizona a apoyar estas iniciativas de socorro."
Stitt y Thomas Barton dijeron que estaban en su propiedad hace un par de semanas cuando el Hotshots, la unidad élite de bomberos que es una división del Departamento de Bomberos de Prescott, se presentó, para hacer frente al fuego. Stitt y Barton saludaron y vitorearon a los hombres vestidos de amarillo, que, Barton agregó, le devolvieron el saludo.
A esas alturas de su historia, Stitt no podía contener sus emociones.
"Esa fue la última vez que los vimos."
Eso hizo que la visita de Carter fuera importante para las 81 personas en el interior del gimnasio. Durante unos minutos olvidaron el fuego, olvidaron si sus hogares subsistieron o no, y dejaron momentáneamente por un lado amigos y familiares afectadas también por el voraz incendio.
"Se puede sentir su espíritu de esperanza en este momento, todo mundo sonríe y pasan un buen rato," dijo Josh Avery, el hijo de Stitt. "Los niños sonrieron cuando vieron entrar a ese gran perro."
El gran perro parece haber sido el de mayor impacto.
Barney, un San Bernardo de 180 libras, es el perro certificado para terapia de Nicole Bidwill. Barney constantemente acompaña a Bidwill, hija del dueño del equipo, Bill Bidwill, en eventos comunitarios, el perro despertó recuerdos de la película de 1992 "Beethoven" entre los adultos y siempre es una diversión para los niños.
"Ha sido maravilloso, pero es desgarrador," dijo Nicole Bidwill. "Se puede decir que están impactados por lo que está sucediendo. Fue muy placentero verlos mientras están con el perro. Puedes notar que su nivel de ansiedad disminuye mientras piensan en otra cosa que no sean sus problemas.
"Fue especialmente grandiosos para los niños. Para los niños, fue una distracción. Dibujó una sonrisa en sus rostros."
Carter estuvo un tiempo hablando con un grupo de niños sobre su carrera como jugador de futbol y como fue crecer junto a su hermano. Comunicó algunos puntos con un grupo de hermanos que juegan futbol y compartió unas palabras sobre la importancia de la familia, especialmente en momentos como este.
Charles Bird, un adolecente de 15 años de edad, originario de Utah, había estado de visita con su familia en Arizona por aproximadamente un mes, cuando fue desplazado al refugio. Durante los últimos tres días, ha vivido en un catre unos cuantos pies por encima del suelo del gimnasio viendo a su hermano menor cayendo en una ligera depresión.
Pero cuando Carter entró, Bird, su hermano y un puñado de niños se acercaron a él casi de inmediato.
"Estaban un poco desanimados cuando llegué al lugar," dijo Carter. "Traíamos al gran perro y todos los niños se emocionaron. Fue genial ver sonrisas en sus rostros, y no verlos preocupados por su casa.
"Fue una gran experiencia. Muy impresionante para mí, estaba dando y la gente estaba feliz porque yo estaba ahí. Fue grandioso mostrarles lo mucho que su bienestar me interesa."
Carter pasó tiempo departiendo en las mesas mientras las personas comían su almuerzo, sentado en círculo en el suelo con otro grupo y charlando con cualquiera que llamara su atención.
Conversando fue la manera como Carter ofreció su apoyo. No pasaba mucho tiempo durante cualquiera de las conversaciones de Carter antes de que una sonrisa apareciera en los rostros de las personas a su alrededor. Conoció a mucha gente y mucha gente lo conoció a él.
Durante unos minutos el martes, se olvidaron de lo que les está esperando en Yarnell.
"El tipo es genial. Es a todo dar," dijo Tex Gilligan, quien comentó que había llegado al refugio el sábado sin una muda de ropa. "Te da un levantón porque es una persona positiva. Te sientes muy animado porque le importas a la gente. El hombre no tiene que hacer esto. Tiene un corazón que se encarga de hacerlo."