Cardenales han intentado en años recientes establecer una identidad real en su cuadro de alas cerradas, algo que no ha resultado como al equipo le gustaría.
En el draft del 2014, Cardenales realizaron una gran movida en esa dirección, invirtiendo su selección de segunda ronda (52º global) para reclutar al ala cerrada Troy Niklas producto de Notre Dame. Inicialmente Niklas fue considerado una gran promesa, desafortunadamente una cirugía de hernia en su año de novato truncó sus posibilidades de un inicio exitoso en la NFL. En 2016 después de los tres primeros tres partidos de la temporada, Niklas pasó a la reserva de lesionados donde permaneció el resto de la temporada. Su único año productivo en Arizona fue el 2017, participando en 15 partidos, en 11 de ellos como titular, sumó 11 recepciones para 132 yardas y un touchdown.
En 2015 Cardenales, en su intento por solidificar el cuadro de tight ends que eran parte fundamental en la ofensiva de Bruce Arians en aquel entonces entrenador de Cardenales, firmaron al tight end Jermaine Gresham respaldado por una hoja de vida en la que destacaban su pedigrí de selección de primera ronda y dos viajes al Pro Bowl. Con todo y eso, es posible que Gresham no sea parte de los planes del nuevo entrenador en jefe de Cardenales Kliff Kingsbury.
En 2017 Cardenales agregaron al tight end Ricky Seals-Jones como agente libre novato no seleccionado en el draft producto de Texas A&M. Seals-Jones dio muestra de sus capacidades ese año con una producción que incluyó 12 recepciones para 201 yardas y tres touchdowns en 10 partidos en los que vio acción. El 2018 no fue un año de continuidad y ahora es probable que Seals-Jones esté en la pelea por un puesto en el equipo de Kingsbury.
El plan para establecer un buen cuadro de tight ends continúa este año. Cardenales firmaron el martes acuerdo de un año con el tight end Charles Clay.
Clay es un veterano de ocho años en la NFL, jugó las pasadas cuatro temporadas (2015-18) con Búfalo después de pasar sus primeras cuatro temporadas (2011-14) con Miami.
Su experiencia incluye la participación en 112 juegos en lo que va de su carrera con 100 de estos como titular. Sus estadísticas incluyen: 339 recepciones para 3,631 yardas, con un considerable promedio de 10.7 yardas por atrapada además de 23 touchdowns.
Clay podría convertirse en una desequilibrante opción en la explosiva ofensiva aérea de Kingsbury, sus logros lo respaldan, por ahora es el único tight end en la historia de Bills con tres temporadas consecutivas sumando más de 500 yardas. En 2016 consiguió 57 recepciones, la segunda mayor cantidad para un tight end de Bills en la historia de la franquicia.
El nativo de Little Rock, Arkansas ingresó a la liga cuando Miami lo seleccionó en la sexta ronda en el draft del 2011. Un dato interesante y que le agrega valor "híbrido" es el hecho de que Clay jugó en su carrera universitaria como running back y fullback.
Su mejor temporada con Miami fue la del 2013, cuando consiguió 69 recepciones para 759 yardas y seis touchdowns.
El pasado viernes fue dado de baja por Búfalo.