¿Cuánto anhelaba Karlos Dansby esa 20º intercepción en su carrera, esa que lo colocaría en el exclusivo club 20-40 (capturas)? Es decir, Dansby mencionó que estaba a una intercepción de ser parte de la historia cuando firmó de nuevo con Cardenales en Marzo. Finalmente la intercepción llegó el domingo, ocho juegos después, cuando un insólito pase de C.J. Beathard mariscal de 49ers rebotó en el casco del tackle Trent Brown y flotó a los brazos del linebacker de 36 años.
"Cuando lo vi golpear el casco del individuo, pensé: 'Sí, esa es, esa es la buena,' " explicó Dansby. "Fue una larga espera, finalmente lo conseguí, y liberé a ese chango de mi espalda. Listo para seguir adelante ahora."
Los otros cinco jugadores en la historia de la NFL en el club son: Seth Joyner, Ray Lewis, Wilber Marshall y Brian Urlacher.
¿Qué tan importante es para Dansby? Dijo que enmarcará todo: el balón, su camiseta, sus guantes, sus taquetes. Dansby aún no ha participado en un Pro Bowl en su productiva carrera, aunque eso interfiere con el hecho de que él aún espera que el Salón de la Fama esté a su alcance.
"Me tracé esa meta hace mucho tiempo, cuando recién ingresé a la liga, de conseguir un saco dorado," expuso Dansby. "Estoy un paso más cerca. No sé qué más tenga que hacer. Debo tratar y superar a los individuos en ese grupo, así que tengo que presionar."
Dansby le dio crédito a todos con quienes ha compartido en su paso por la NFL, asegurándose de mencionar a todos sus compañeros de equipo, entrenadores, preparadores físicos y "a los compañeros del equipo de exploradores de talento." con las cuatro organizaciones para las que ha jugado. Está, por supuesto, en su tercer período de servicio con Cardenales.
"Lo logramos," expresó. "Finalmente lo logramos."
Ya no tiene que dominar sus pensamientos. Le dieron un balón del juego en los vestidores después del partido, y durante su discurso, agradeció a sus compañeros de equipo. También dijo, que la única manera en la que Dansby pudo conseguirlo fue porque "Dios me bendijo con gran talento, un gran regalo."
"Se dio unas cuantas palmaditas en su propia espalda un par de veces," dijo el safety Antoine Bethea con una sonrisa. "Aunque caramba, se lo merece,"