El fullback Nehemiah Broughton (izq.) y el recibidor Andre Roberts asistieron ambos a Citadel un colegio militar en Carolina del Sur.
El día comenzaba temprano, algunas veces entre 6 y 6:15 a.m., de tal manera que eso ya de entrada lo hace semejante a un día de trabajo normal en la NFL.
Luego Andre Roberts se dirigía a las 7:15 a.m. a una formación. Su grupo marcharía a desayunar. Asistirían a clases. Otra formación se llevaría a cabo a las 12:05 p.m., durante la cual todos marcharían para almorzar. Luego irían a clases de nuevo. Eso vendría seguido por las reuniones de futbol. Luego la práctica de futbol. La cena tendría lugar más adelante y después de todo eso un periodo reglamentario de estudio. Las luces se apagaban a las 11 p.m.
El largo y estructurado día era esperado y normal para todos los jugadores de futbol de Citadel (La Fortaleza), una escuela pública militar en Charleston, Carolina del Sur. "Es un mundo difícil de comprender "hasta que usted lo experimenta," dijo Roberts.
Es además una escuela que normalmente no produce jugadores de futbol para la NFL.
Solo 12 jugadores de Citadel han sido seleccionados en el draft por la NFL. Los dos más recientes ambos juegan para los Cardenales – Roberts, el receptor abierto escogido en la tercera ronda durante el fin de semana de seleccionados en Abril, y el fullback Nehemiah Broughton, quien fue seleccionado en la séptima ronda por los Pieles Rojas en el 2005.
La condición en la selección de Roberts del draft hace su oportunidad de adherirse a la alineación algo virtualmente seguro. Broughton, a estas alturas, está corriendo como el primer fullback en l lista. Ambos están convencidos de que su tiempo en Citadel – el cual nunca es fácil para los recién ingresados, gracias a la "Semana Infernal" para los estudiantes de primer año y un estilo de vida que no proporciona grandes libertades para el adolecente – los pone en una mejor posición para contender por un puesto en la NFL.
"Especialmente cuando le haces frente a la adversidad," dijo Broughton. "Venir de una escuela como esa, con la disciplina y el trabajo duro, definitivamente te ayudará."
Los Cardenales tienen su historia con la pequeña colección de prospectos de Citadel. Indiscutiblemente los dos jugadores más exitosos de Citadel hasta ahora en la NFL también jugaron para los Cardenales – el corredor Stump Mitchell y el pateador Greg Davis. De los 12 elegidos en el draft de esa escuela, seis han jugado para los Cardenales en algún momento.
El entrenador en jefe de los Cardenales Ken Whisenhunt realmente consideró asistir a Citadel cuando terminó su escuela secundaria (eventualmente asistió a Georgia Tech). El haber jugado para esa escuela no le garantiza a Roberts o a Broughton – quien está ahora con su tercer equipo en la NFL – éxito, sin embargo Whsienhunt piensa que aportan algunas ventajas.
"Es exigente y puede ser agotador," dijo Whisenhunt. "Sí uno a pasado por eso, te hace más tenaz para encontrar la manera de ser exitoso. Y de eso se trata esta liga. Personas como Nehemiah, Individuos como Andre, ellos han pasado por estas batallas anteriormente."
Broughton sabe sobre lo que es agotador. Mientras que ambos padres de Roberts son jubilados del Ejército y un compañero del equipo de la escuela secundaria se fue a Citadel un año antes que Roberts – brindándole suficiente perspectiva de lo que estaba por venir – Broughton solo quería jugar cerca de casa.
Durante la primera semana en el campus, todo lo que Broughton quería hacer era irse.
"Estaba en la oficina del entrenador y él intentaba convencerme para que me quedara y yo lo que quería era marcharme," dijo Broughton. "Estoy feliz por haber permanecido."
Los lazos de unión con Citadel son profundos. Ambos estas muy consientes de Mitchell y sus grandes años con su nuevo equipo (Mitchell es el segundo mejor acarreador en la historia de la franquicia de los Cardenales). Broughton actualmente comparte su agente con Mitchell y Mitchell fue entrenador de Broughton estando a cargo de los corredores en Washington.
Roberts conoció a Broughton cuando Roberts era estudiante de segundo año en la universidad y Broughton regresó a la escuela para trabajar en su acondicionamiento. Ambos comparten el entusiasmo por aportar a la NFL el legado de su escuela.
Con los jugadores provenientes de Citadel, dijo Broughton, "hay un vínculo casi sagrado."
"Es grandioso que al menos una persona de nuestra escuela esté en la NFL," dijo Roberts. "El tener a dos personas en el mismo equipo, es formidable."